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Brigadistas luchan contra el calor y el cansancio para controlar los incendios del Paraná
Brigadistas forestales de distintas provincias argentinas luchan contra el calor y el cansancio para controlar los incendios forestales que ya consumieron más de 200 mil hectáreas en las islas entrerrianas del Delta del Río Paraná.
El Centro de Operaciones montado por el Sistema Nacional de Manejo del Fuego (SNMF) junto a la secretaría de Coordinación Militar en Emergencias en el aeródromo de la localidad santafesina de General Alvear es el punto que aloja a más de un centenar de brigadistas oriundos de varias provincias argentinas que cada mañana son desplegados a través de helicópteros en las islas entrerrianas para tratar de contener el fuego.
Con uniformes ignífugos, cascos, mochilas y 25 kilos de herramientas, cada brigadista debe caminar varios kilómetros de terrenos irregulares entre una vegetación que dificulta su avance para llegar hasta los focos de incendio, a los que combaten con herramientas de zapa y el apoyo de los aviones hidrantes.
Cada atardecer, los helicópteros repliegan a los brigadistas, que arriban al campamento muchas veces con los rostros tiznados, con alguna nueva rotura o quemadura en su uniforme, y cargando sus 25 kilos que equipo que entregan para que sea reparado o alistado para la jornada siguiente; además el jefe de cada cuadrilla entrega un informe de situación que se suma a la mesa de análisis en la que se define la estrategia del día siguiente.
Gustavo Gerfó, brigadista del Plan Provincial de Manejo del Fuego de Entre Ríos, contó a Telam “la gran dificultad para trabajar este incendio es el acceso, la bajante del Paraná limita mucho la movilidad en las islas y dependemos de los helicópteros para entrar o salir”.
“La mayoría de nosotros somos bomberos desde chicos y estamos acostumbrados a las exigencias de tareas como está, pero no deja de ser un esfuerzo físico muy grande porque estamos desde la mañana hasta la tarde en la isla y después de varios días se vuelve desgastante; por eso también nos organizamos para relevarnos cada cinco o seis días”, agregó.
“Con lo hecho hoy creo que podemos entender que el incendio está contenido en este sector de las Islas, salvo un punto en el que hay varios equipos trabajando para delimitarlo; los incendios en la isla son complejos porque debajo de la superficie hay una capa de material orgánico por la que el fuego se puede propagar de un punto a otro de manera subterránea”, completó.
Nerina Luques, integrante de la brigada forestal de Santa Fe, dijo a Télam que “el problema más grande con un incendio en las islas es el terreno, hay lugares en los que nos enterramos casi hasta las rodillas en el barro para avanzar y otros en los que el tránsito de ganado deja suelos llenos de agujeros y también es muy dificultoso moverse, sobre todo porque venimos con la mochila y 25 kilos de herramientas cada uno”.
“Nosotros no apagamos los incendios lanzando agua como los bomberos, utilizamos las herramientas para apagar el fuego de manera directa, o para abrir cortafuegos en la maleza y tratar de limitar el avance de las llamas de esa manera; eso representa una exigencia física muy intensa a la que hay que sumarle la cantidad de kilómetros que debemos caminar en esas condiciones”, añadió.
“Acá estamos unidades de brigadistas de distintas provincias, y cada una se organiza para rotar días de descanso de todos sus integrantes, porque sino no hay manera de sostener el esfuerzo”, finalizó.
Con la caída del sol, los brigadistas transitan el campamento de General Alvear buscando señal en sus teléfonos para comunicarse con sus familias, conversando con camaradas de unidades de otras provincias o alistando sus herramientas para el día siguiente.